Durante la pasada Semana Santa, se llevó adelante la XXIX Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino. La tradicional celebración, organizada por la Sociedad de Fomento y Cultura de Ingeniero White y presentada por el CGPBB, se realizó en el ámbito de jurisdicción portuaria de Ingeniero White. Un gran esfuerzo, de meses de trabajo conjunto del ente portuario junto al resto de las organizaciones participantes y que se tradujo en UN MARCO RÉCORD DE ASISTENTES en relación a toda las anteriores ediciones.
La gastronomía de Semana Santa fue una de las grandes protagonistas con la participación de Club Comercial y Club Huracán de Ingeniero White. También hubo paseo de artesanos, paseo de concesionarias de automóviles, food trucks, juegos para la familia y un galpón con muchos expositores locales a cargo de Bahía Diseña. El Club Deportivo Whitense tuvo a su cargo el estacionamiento. Banco Provincia se sumó con su campaña #elesfuerzosecelebra y tardes de mates para los visitantes.
Durante las cuatro jornadas hubo diferentes shows de artistas locales con el cierre de músicos reconocidos a nivel nacional: Estelares, Antonio Ríos y Karina.
El domingo 1 de abril a horas del cumplirse los 36 años de la Guerra de Malvinas, Antonela Lértora fue la encargada de cantar el Himno Nacional en uno de los momentos más emotivos de toda la edición, con la presencia de veteranos de guerra. Antes del cierre de la fiesta estuvo el grupo Bien Arriba con toda su energía y el broche final fue con la esperada Karina La Princesita. Fue ella misma la encargada de sacar los tickets ganadores bajo la supervisión de la Escribana Silvia Suarez Bras. El automóvil 0km fue para Carolina Montenegro, la moto 0km para Andrea Diaz y el televisor para Aylen Henriquez.
La conducción del evento fue de Paola Marco y Néstor Gil. La Prefectura Naval Argentina estuvo presente en la seguridad de todo el evento junto con otra empresa privada contratada. La imagen fue de Márquez Garabano y el sonido de Eduardo Clair.
La comunidad asistente tuvo la posibilidad de disfrutar de los espacios públicos portuarios en toda su plenitud, admirar la operatoria comercial con el ingreso y egreso de buques, lanchas náuticas, remolcadores y pesqueros.
En síntesis, una fiesta con la presencia familiar de una comunidad portuaria de tradiciones arraigadas, contenida en el imponente marco del puerto de aguas profundas más importante del país. Una fiesta donde el vínculo Ciudad-Puerto se vio afianzado y con claras intenciones de seguir potenciándolo.
